Fantasmas

Te secás tus ojos rojos
y apretás bien las muelas
pensando en Dios.
O quizás pensás en ella
o en aquella puerta abierta
que se cerró.

Y subís las escaleras
mientras las paredes tiemblan
junto con vos.
En el borde de la niebla
rodeado de aves negras
explotás.

Los cuervos se entreveran
lastiman tu espalda
gritás.
Vuelven los fantasmas
malditas lágrimas
de sal.

Lo mirás a los ojos
y gritás su nombre al viento,
ya no temblás.
Y a un paso del abismo
no sos nada ni estás vivo
y saltás.

Y el viento las secó
llevo las lágrimas
al mar.
Entre las baldosas
desaparecerás
aaaah

Todo lo que te espanto,
ya no queda nada más
no hay más.
Y hoy nadie te mató
hoy mataste a tu dolor
al saltar.

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