Lozano...
su cuerpo brillaba dorados de arena y Sol.
Bailando...
siguiendo siguiendo la luz de aquel amor.
Y comenzaba a atardecer
y comenzaba a amanecer a la vez.
El Sol florecia en su piel...
Nos bañamos en querer
y la sal calmo la sed.
Nos quemamos a besos,
no sobraban excesos,
tras las dunas...
Rojo el firmamento,
nos volvimos fuego,
mil lunas...
Mil lunas
Publicado por
arlequín
miércoles, 13 de mayo de 2009
0 comentarios:
Publicar un comentario